EL ARTESANO Y SU ENTORNO

APROXIMACIONES DESDE UNA PERSPECTIVA SEMIÓTICA DEL CAMBIO

 

 

 

Dra. Mirta Bialogorski

Dra. en Ciencias Antropológicas. Universidad de Buenos Aires.

Coordinadora del Área de Investigación del Museo de Arte Popular José Hernández (GCBA)

mirtabialo@yahoo.com

 

 

Resumen 

 

Este trabajo propone recuperar, a través de un análisis de diferentes textos (periodísticos, jurídicos y entrevistas) pertenecientes a la década de 1970, 1990 y al momento actual de la sociedad argentina, el conjunto de enunciados que atribuyen existencia ontológica a la  artesanía y al artesano de la ciudad de Buenos Aires configurándolos como fenómeno social cuya significación cambia en el tiempo. Atenderemos a los procesos de esta transformación en función de las nociones de “entorno” y “mundo” (F. Varela, 1992; Magariños de Morentin, 2007)

Este abordaje retoma la noción de “campo y bordes semióticos” (Magariños de Morentin, 2007) y es continuación de una investigación cuyos primeros resultados fueron presentados en el contexto del  9 Congreso Mundial de Semiótica (Finlandia, 2007)

 

Introducción

 

Este trabajo propone recuperar el conjunto de enunciados que atribuyen existencia ontológica a la  artesanía y al artesano de la ciudad de Buenos Aires desde la década de 1970 hasta la actualidad, configurándolos como fenómeno social cuya significación ha ido cambiando en el tiempo.

Partimos de la hipótesis planteada por Magariños de Morentin (2007) de que “no se puede explicar el significado de ningún fenómeno sin tener en cuenta el enunciado del que procede y el enunciado al que dará lugar para generar la necesaria transformación histórica de la mirada del intérprete”.

Este trabajo retoma en ese sentido, la noción de campo semiótico entendido como “conjunto determinado de fenómenos contextualmente situados en un momento determinado de una sociedad determinada, cuya existencia ontológica y perceptibilidad proviene del conjunto de enunciados y significaciones vigentes en esa concreta sociedad” (Magariños de Morentin, 2006) Conforme a esta propuesta consideramos también la noción de bordes (1) (Ibid)

¿Qué se identifica como “artesano urbano” y como “artesanía urbana”?   ¿Qué se incluye y qué se excluye de su respectivo campo semiótico? ¿Cómo ha variado la significación? Para abordar este proceso se toma en cuenta la relación (y su transformación) entre el artesano y su entorno en tanto y en cuanto el artesano convierte ese entorno en “mundo”, es decir, lo reconstruye, le atribuye significación (F.Varela, 1992; Magariños de Morentin, 2007)  configurando, de esta manera, su identidad social. El “ser artesano”es así, resultado de esa construcción significativa en función de los cambios de contexto. El  entorno en consecuencia lo construye, pero a la vez, resulta él mismo construido desde la práctica artesanal.

Nuestro universo de análisis está constituido por diferentes textos (material  periodístico,  publicación de artesanos, Ordenanzas municipales, proyecto y ley nacionales sobre artesanías y entrevistas a artesanos) pertenecientes a la década de 1970, 1990 y a la actualidad.

Desde el punto de vista operativo, rastreamos los términos “artesanía” y “artesano” a partir de los cuales efectuamos segmentaciones y definiciones contextuales (Magariños, 1996) que agrupamos en los siguientes ejes surgidos del análisis:

a) La artesanía urbana en cuanto: 1. Tipo de objeto; 2. Modo de elaboración, 3. Impronta del artesano y b)  Imagen del artesano urbano.

Como veremos en el punto siguiente, contrastamos cada uno de ellos y sus respectivos enunciados atendiendo a las variaciones surgidas en los distintos discursos en cada etapa.

Procuramos, a partir de este análisis, registrar el proceso de cambio semiótico en el campo artesanal de Buenos Aires y aún cuando no podamos hablar de oposiciones muy extremas en el transcurso de estos años, lo interesante es ver cómo se ha ido matizando y cómo va transformando su configuración, lo cual nos permite afirmar que ni la artesanía ni el artesano urbano de hoy, son lo mismo que en los años 70.

 

a)      LA ARTESANÍA URBANA EN CUANTO:

 

1. TIPO DE OBJETO

 

 

Década de 1970

 

En su discurso, los artesanos  definen a la artesanía urbana como aquel tipo de  objeto utilitario elaborado artísticamente, a diferencia de los fabricados por la  industria de manera estandarizada (CAURA, 1974)

Por el contrario, en este momento, en el discurso institucional no aparece una definición explícita de la artesanía urbana que tome en cuenta el tipo de objeto. Vemos que en la primera Ordenanza de Ferias artesanales de la ciudad de Buenos Aires (1974) cuando se hace alusión  a las características de las piezas admitidas para ser comercializadas en esos espacios,  se habla de originalidad, de la diferencia con las manualidades (aunque no se especifica conceptualmente dicha distinción), se insiste en su carácter “artesanal” (que no se especifica) y de su  precio.

Tampoco la prensa, cuando  hace referencia a las ferias urbanas porteñas,  menciona el tipo de producto que allí se ofrece (aunque se los describe o enumera) sino que se focaliza en las características del ámbito ferial y en los productores.

Ni siquiera en el discurso académico que establece una distinción concreta entre la “artesanía urbana” y la “tradicional”; “regionalista”, “folklórica” o de “proyección folkórica” (A.R.Cortázar, 1976) se hace hincapié en el tipo de objeto, sino más bien en las pautas, técnicas y materiales de elaboración.

 

Década de 1990

 

En esta etapa aparece en el discurso institucional de manera explícita, la definición del tipo de objeto “artesanía urbana” en tanto objeto  utilitario  o decorativo para la vida cotidiana (Ordenanza 46.075/92).

Para los artesanos,  el tipo de objeto se califica por su función decorativa entendiendo que si bien no están elaborados técnicamente para su función original, la representan, es decir que son intrínsecamente utilitarios.

 

Años 2000-2007

 

En el discurso institucional se define la  artesanía como objeto de la vida cotidiana. No se mencionan  los términos “utilitario” o “decorativo”  (Proyecto de Ley Nacional de Artesanías, 2003 y 2005). Tampoco aparecen en  los Reglamentos correspondientes a la I y II Bienal de Artesanías de Buenos Aires, (2005 y 2007)  en donde se habla  en cambio, de la funcionalidad  como un rasgo específico de la artesanía urbana.

En el discurso de los artesanos por contraposición, se incluye también, dentro de la noción de artesanía, a aquellas producciones que, siendo elaboradas con técnicas artesanales, no tienen carácter funcional o decorativo y que en el discurso institucional suelen ser referidas al campo de la plástica  (por ejemplo, obras escultóricas, pictóricas, murales, tapices). En la práctica, notamos que en ambas Bienales se presentaron trabajos con dichas características.

 

 

2. LA ARTESANÍA URBANA EN CUANTO MODO DE ELABORACIÓN

 

Década de 1970

 

En el discurso institucional, se establece que  la artesanía urbana es un objeto elaborado manualmente o con preponderancia de lo manual, con asistencia de herramientas y técnicas, pero no de máquinas que posibiliten la producción en series industriales (Ordenanza 28.702/74).

Esta caracterización la encontramos también en el discurso del artesano, en el que además se alude a una producción poco elaborada, producto de un desconocimiento y falta de manejo de las técnicas por parte de los artesanos. Esta  imagen  se reitera en el discurso mediático.

Se señala para esta etapa, cierta rusticidad como rasgo distintivo de algunos de los objetos típicos, aunque en otro aspecto, se los destaca como  vanguardistas, originales y transgresores frente a la estética vigente y a los estándares de producción industrial (un ejemplo, los collares y anillos armados en base a  clavos de herradura).

 

 

Década del 90

 

Sigue vigente el factor manual como modalidad fundamental en la elaboración de la artesanía urbana. En el discurso institucional, se hace hincapié en  el predominio de la destreza y habilidades manuales del hombre, aún aceptándose la utilización  de instrumentos y máquinas (Ordenanza 46.075/92).

Para los artesanos, el trabajo manual es fundamental en  la elaboración de la artesanía, de manera que el empleo de tecnología es visto  como un desafío  que  exige un uso creativo de la misma, y una particular intervención personal en la transformación del material para hacer más visible, la distancia respecto de la producción industrial.

Con respecto al dominio de las técnicas en este período, los artesanos han advertido que al mejorar la calidad del producto se lograba una mayor aceptación del público. Se observa una creciente necesidad de aprender o perfeccionar el oficio, conocimiento que se adquiere de manera formal en escuelas oficiales o privadas, o en talleres de artesanos reconocidos. Esta apropiación y dominio de las técnicas da lugar a su vez, al desarrollo de nuevos diseños personales.

Ahora, y a  diferencia de la década del 70, se hace alusión explícita en el discurso institucional (Ordenanza 46.075/92), a los  materiales admitidos en la fabricación de las artesanías urbanas. Se habla de aquellos que provee el medio y de los procesados industrialmente.

Los artesanos hacen referencia  a ambos y los relacionan con la emergencia de formatos y diseños que pueden o no, ser novedosos. Respecto de los materiales industriales,  han advertido la posibilidad de incorporarlos a su producción, lo cual genera debates en relación a los límites del campo de la artesanía urbana al poner en cuestión uno de los ejes vigentes en su concepción, la utilización de materiales industriales y  su grado de transformación.

Surge en el discurso de los artesanos la alusión a  la  “pseudo artesanía” con respecto a estos objetos. También  a la “manualidad” (piezas armadas con distintos materiales en los que está ausente la transformación de la materia prima) como modalidades que compiten en el mismo mercado de finales de los años 90,  con una artesanía que, para el ámbito ferial, se percibe como degradada en su calidad debido a un fuerte aumento de la materia prima y la necesidad de abaratar costos.

 

Años 2000-2007

 

 

Se mantiene en el discurso institucional la alusión a la predominancia de lo manual en la elaboración de la artesanía con el apoyo o no, de recursos instrumentales como máquinas movidas con energía básicamente humana. (Proyecto de Ley 2003)

Se hace referencia además, a la importancia del oficio y  fundamentalmente, al dominio de las técnicas en cada rubro (Reglamento de la I y II Bienal de Artesanías de Buenos Aires, 2005, 2007).

En su quehacer, los artesanos toman en cuenta la actitud de un público al que describen como exigente en cuanto a la calidad de elaboración de los objetos.

En los productos artesanales de este período aparece la utilización de técnicas tradicionales en diseños contemporáneos y la innovación en formatos fuertemente canonizados. También surgen objetos creados conjuntamente por un artesano y un diseñador como nueva forma de producción dentro del campo artesanal.

En cuanto a los materiales no sólo se habla ahora de la incorporación de los industriales sino también de la posibilidad de los de deshecho, tal el caso del plástico  (5)

 

3. LA ARTESANÍA URBANA EN CUANTO IMPRONTA DEL ARTESANO

 

 

Década del 70

 

En el discurso institucional (Ordenanza 28 702/74) no se hace referencia a este punto, que sí aparece en el de los  artesanos para quienes  sus obras expresan la  creatividad  y la capacidad de innovación de quienes las realizan (CAURA, 1974).

 

Década del 90

 

En el discurso institucional se habla de la artesanía como un objeto que debe dar cuenta de la  personalidad del artesano  a través de la calidad artística de su trabajo (Ordenanza 46.075/92). Por su parte, los artesanos hablan de la artesanía como forma de auto expresión y como producto creativo de un artesano individual.

 

Años 2000-2007

 

En el discurso institucional se hace alusión como factor esencial de la artesanía urbana,   la originalidad personal del artesano en el diseño y/o en la expresión estética de su obra (Reglamentos de la I y II Bienal de artesanías de Buenos Aires, 2005, 2007)

Al mismo tiempo que  va creciendo este valor  se habla, tanto a nivel institucional como entre los mismos artesanos, de una pérdida de la impronta de identidad personal por influencia de la formación académica por un lado, y por otro, por una necesidad imperiosa de venta que deja poco espacio a la creatividad y da lugar a una producción artesanal en donde se dice, prevalece la repetición y la copia de diseños.

 

 

b) IMAGEN  DEL “ARTESANO URBANO”

 

Década del 70

 

Si observamos brevemente, cómo se configura la imagen de “artesano urbano” en esta época, notamos que en el discurso institucional se lo describe como un trabajador que se dedica personalmente a la elaboración y venta de objetos artesanales, sin contar con empleados ni recurrir a máquinas industriales (Ordenanza 28702/74).

En la prensa, adquiere visibilidad fundamentalmente,  vinculado a  las ferias (2) y en ella se observa la construcción de dos  imágenes bien diferenciadas. Por un lado,  los artesanos son  vistos como “imaginativos, inventores, investigadores y alquimistas de nuevo cuño” (El Diario de Montevideo, 1972).Por otro, como el emergente de una situación socio-económica crítica, el alto índice de desocupación reinante, y con una escasa o nula formación profesional (Revista Primera Plana, 1973).

Aunque en el discurso cotidiano, prevalece en esta etapa la imagen del  artesano “hippie” (3), los mismos artesanos no se asumen como tales. Se  autodefinen como autodidactas y como trabajadores que a través de la artesanía logran  ganarse la vida de manera independiente y creativa, desligada del  sistema laboral convencional. Ser artesano aparece en esta etapa también,  como un compromiso ligado a la lucha social.

 

Década de 1990

 

En el discurso institucional el artesano es percibido como un trabajador que tiene  oficio, sentimiento e ingenio (Ordenanza 46.075/92), rasgos que no aparecen mencionados en los 70.

Por otra parte, dos imágenes  en contraste y oposición se construyen en el discurso institucional y entre los propios artesanos,   la del artesano como trabajador autónomo inserto formalmente en la actividad económica y la del artesano como trabajador informal.

 

 

Años 2000-2007

 

 

En este período,  el discurso institucional, ve al artesano como una persona que expresa su creatividad a través de objetos considerados como artesanías (Proyecto de Ley de Artesanías, 2003) y representa una forma de vida, de trabajo y de productividad (Proyecto de Ley Nacional de Artesanías, 2005).

Los artesanos se consideran a sí mismos como profesionales ocupados tanto del diseño como de la ejecución y la venta de sus obras; creadores artísticos, trabajadores culturales; micro empresarios o, contrariamente, excluidos del sistema laboral.

Según  la forma de comercialización, diferencian a los“feriantes” de aquéllos que venden su trabajo en forma directa  al público en sus talleres, o indirectamente, a través de locales comerciales. El sitio de  Internet es incorporado ahora, como una vía posible de promoción y venta.

En la prensa, se utiliza el término “artesano”  para aludir  a distintos actores sociales que venden sus productos en un espacio público, sean artesanos, manualistas o revendedores.

 

 

Consideraciones finales

 

Es importante aclarar, ante todo, que esta es una investigación que está en sus inicios, de modo que hay mucho material todavía por recabar y analizar. De cualquier manera comenzamos a advertir, a partir del trabajo realizado, los cambios que, en el campo semiótico de las nociones de “artesanía urbana” y  “artesano urbano”, se han ido produciendo desde 1970 hasta la actualidad,  generando actitudes nuevas en el campo artesanal de la ciudad de Buenos Aires.

Si bien hemos visto que se hacía mención a determinados rasgos que parecían reiterarse en los distintos discursos, tales como que  la artesanía es un objeto de la vida cotidiana;  está elaborada manualmente o con preponderancia de lo manual; es expresiva de la personalidad del artesano, hemos podido comprobar asimismo, que éstos enunciados han sido construidos de manera diferencial en cada una de las etapas consideradas, al igual que el concepto de  “artesano”. En algunos casos se trata sólo de matices, en otros las diferencias son más marcadas.

Veamos la siguiente síntesis:

 

a) Artesanía urbana como:

1. Tipo de objeto:

 

-En la década del 1970 se caracteriza más que al tipo de objeto, a sus productores y al ámbito de las ferias, sobre todo en el discurso institucional y mediático.

-En los años 90 se hace explícita la definición de artesanía urbana como objeto utilitario o decorativo.

-En los 2000 se habla de funcionalidad de los objetos aunque aparecen en los bordes del concepto, producciones no funcionales consideradas, por los artesanos, como artesanía.

 

2. Artesanía urbana como:

Modo de elaboración:

 

-En la década del 1970, la elaboración es rústica, se utilizan pocas técnicas en la  producción. La artesanía urbana contrasta con la producción industrializada.

-En los años 90, hay un perfeccionamiento en las técnicas por rubro; se utilizan materiales procesados industrialmente, se desarrollan nuevos diseños y formatos.

-En los 2000, se advierte el surgimiento de una práctica de fusión por combinación de técnicas tradicionales en formatos y diseños contemporáneos y por la aplicación de técnicas propias de un rubro en otro.

-Comienza incipientemente a emerger una nueva forma de producción a partir de la asociación de un artesano y un diseñador en la creación de un mismo objeto.

-La artesanía urbana es definida en confrontación y en tensión  con la cultura globalizada y con las expresiones masivas y tecnologizadas.

 

3. Artesanía urbana como:

Impronta del artesano:

 

 

-En la década del 70, se habla de la creatividad vanguardista del artesano en los objetos artesanales (en el discurso de los artesanos y en la prensa).

-En los 90, se alude a la calidad artística del artesano como rasgo distintivo de su obra (en el discurso institucional).

-En los 2000, crece la valoración del artesano como creador con identidad personal all tiempo que se hace referencia a una pérdida de la impronta personal y de una artesanía estandarizada y  “académica”.

-Se habla de una masificación de la individualidad.

 

b) Imagen del artesano urbano:

 

-En la década del 70, el artesano urbano es visto como:

- “hippie”,  bohemio o creador vanguardista aunque con poca formación en el oficio.

-feriante en los espacios públicos

-comprometido con la lucha social

-trabajador informal

-autodidacta

 

-En los 90, el artesano urbano es visto como un trabajador que se ha formado en un oficio. No es sólo feriante sino aquel que comercializa en locales comerciales y en su propio taller.

-En los 2000,  el artesano es considerado un productor cultural; un profesional; un micro empresario; aquel que comercializa también por Internet.

 

Si nos planteáramos qué hay hoy en el universo de los artesanos que sería inimaginable en los años 70, veríamos que  el artesano urbano actual construye su mundo a partir de un contexto atravesado por los discursos de la economía de mercado, de la tecnología y de la globalización de la cultura. Su identidad social la configura en relación con la de otros productores que no tenían presencia como grupo social diferenciado en la década de 1970  (los manualistas, los diseñadores, los revendedores) También su imagen toma otros sesgos con respecto a una percepción del estado que muestra diferencias con la de entonces.

En cuanto a la producción propiamente dicha, vemos que, cuando la artesanía urbana  adquiere presencia para el artesano, para el discurso institucional, mediático y para gran parte de la comunidad, deja de ser parte indiferenciada del entorno y se  transforma en  mundo simbólico. Ya no pasa desapercibida y su presencia provoca diferentes respuestas sean de aceptación, de rechazo o indiferencia, contribuyendo en  todos los casos  a construir y nutrir la identidad del habitante de la ciudad.

 

Notas

1)      Los bordes de un campo semiótico (borde1) son los marcados por la necesidad de h acer posibles las operaciones mediante las que se construirían los enunciados y significaciones posibles que darían existencia ontológica y harían perceptibles a  otros determinados fenómenos posibles. Esto iría desplazando el campo semiótico y en el continuum de este desplazamiento, otro borde (borde2) se iría delineando a partir de los enunciados y significaciones que irían dejando de ser posibles, con la consiguiente expansión entrópica de los fenómenos cuya existencia ontológica dejaría de ser perceptible.

2)      La primera feria en la ciudad de Buenos Aires es la conocida como Feria de Plaza Francia,  poco después se crean las ferias de Plaza Gral. Belgrano y de  Plaza San Martín

3)      El “hippismo”  es un movimiento  de los años 60 y principios de los 70 en los Estados Unidos, que no tenía un carácter ideológico ni político claramente definido pero que fue parte del llamado movimiento de contracultura. Quienes adherían a él, adoptaban un modo de vida comunitario, basado en el amor y la paz, renegaban del nacionalismo y de la Guerra de Vietnam, tomaban elementos de religiones como el budismo, el hinduismo, y también de las religiones de los indios norteamericanos. Coincide con las revueltas estudiantiles en dicho país y en Europa y con los movimientos reivindicatorios de las minorías. Aquellos que participaban de esos movimientos asociaban lo artesanal con una  forma de vida ligada al regreso a la naturaleza por un lado, y al auto sustento, por otro.  

4)      Más que Viento, 1995, Año I, Nro.2 y 5

5)      Catálogo de la Exposición de la I Bienal de Artesanías de Buenos Aires. Secretaría de cultura. GCBA. 2005

6)      Idem

 

 

 

Bibliografía

 

Bialogorski, Mirta. Y Ana M. Cousillas (2005) “La memoria del presente: procesos de patrimonialización en el campo de las artesanías urbanas”. Ponencia presentada en el Primer Congreso Latinoamericano de Antropología. Rosario, Santa Fe

Bialogorski, Mirta “Campo semiótico y campo artesanal: el juego de las transformaciones y los bordes”. Actas del  9 Congreso Mundial de Semiótica (AAIS), Finlandia, 2007 (en prensa)

Cortazár, Augusto R. 1976. La ciencia aplicada del Folklore. Buenos Aires: Fondo Nacional de las Arte  s.

Cousillas, Ana M. (2004) “Del ciclo `De la Feria al Museo`: notas sobre la experiencia de exposiciones de artesanías urbanas curadas por artesanos en el Museo de Arte Popular José Hernández”. La artesanía como Patrimonio Cultural. Temas de Patrimonio Cultural. 10. Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Secretaría de Cultura.  Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pp.47-58

Magariños de Morentin, Juan (1996) Los fundamentos lógicos de la semiótica y su práctica  Edicial. Buenos Aires. Argentina

Magariños de Morentin, Juan 2006 La semiótica de los bordes. http://www.centro-de-semiotica.com.ar

Magariños de Morentin, Juan (2007) La humanidad, la facultad semiótica y la historia del entorno. http://www.centro-de-semiotica.com.ar

Rotman, Mónica (2004) “Ferias de Artesanías en la ciudad de Buenos Aires: Memorias de una producción cultural urbana” La artesanía como Patrimonio Cultural. Temas de Patrimonio Cultural. 10. Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Secretaría de Cultura.  Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pp.17-30

Tito, Hilda Fernández de (2004) “Qué es una artesanía” Temas de Patrimonio Cultural 10. La artesanía urbana como patrimonio cultural. Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Secretaría de Cultura.  Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pp.113-17

 

Otras fuentes:

 

Diarios y publicaciones

 

Artesanos. “Ni Hippies ni faloperos” Revista Primera Plana, Buenos Aires, 9 de agosto de 1973

“Feria artesanal de la ciudad de Buenos Aires” El Diario, 7 de mayo de 1972, Montevideo. Uruguay

“Barbas y collares en Plaza Francia” Clarín,  Buenos Aires, 17 de octubre de 1972.

Artesanías Argentinas. Libreta 1. Ediciones Centro de artesanos urbanos argentinos (CAURA). Buenos Aires, septiembre 1974.

“Más que Viento”. Revista bimestral de divulgación artesanal Año 1, Nro.0. Noviembre de 1994. Buenos Aires

“Más que Viento”. Revista bimestral de divulgación artesanal Año 1, Nro.1, 2, 5. Noviembre de 1995. Buenos Aires

Catálogo de la Exposición de la I Bienal de Artesanías de Buenos Aires. Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Secretaría de Cultura.  Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. 2005.

 

Documentos

 

Ordenanza Nro.28.702/74

Ordenanza 46.075/92

Reglamento de la I y II Bienal de Artesanías de Buenos Aires, 2005, 2007 (http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/cpphc/artesanias.php?menu_id=14926)

Ley Nacional  de Artesanía. Buenos Aires, 2 de Marzo de 2005 - Fuente: Publicación Dirección Parlamentaria Documento de la Comisión Nacional de Artesanos, 2005